El canciller de Alemania, Olaf Scholz, acusó el sábado al vicepresidente JD Vance de interferir de manera inaceptable en las inminentes elecciones de su país en nombre de un partido que ha restado importancia a las atrocidades cometidas por los nazis hace 80 años.
Un día después de que Vance causara conmoción en la Conferencia de Seguridad de Múnich al decir a los dirigentes alemanes que abandonaran su llamada barrera cortafuegos y permitieran al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, o AfD, entrar en su gobierno federal, Scholz acusó a Vance de violar efectivamente el compromiso de nunca más volver a permitir que Alemania sea dirigida por fascistas que podrían repetir los horrores del Holocausto.
“El compromiso de ‘nunca más’ no es conciliable con el apoyo a la AfD”, dijo Scholz en la conferencia del sábado por la mañana, en un discurso con el que abrió la segunda jornada del encuentro.
Scholz dijo que la AfD había trivializado atrocidades nazis como el campo de concentración de Dachau, el cual Vance visitó el viernes. El canciller dijo que Alemania “no aceptaría” sugerencias de personas ajenas al país sobre cómo dirigir su democracia, ni directrices para trabajar con un partido de este tipo.
“Eso no se hace, y menos entre amigos y aliados”, dijo Scholz. “Hacia dónde va nuestra democracia a partir de ahora lo decidimos nosotros”.
Los asistentes al discurso de Vance esperaban oír detalles sobre los planes del gobierno de Trump para las conversaciones de paz en Ucrania y las políticas de defensa de la OTAN. El sábado, el propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, centró su intervención en la guerra de Ucrania, al exponer crudamente la amenaza del aguerrido ejército ruso y al hacer un apasionado llamamiento a los europeos para que tomen las riendas de su seguridad, incluso formando un “Ejército de Europa” que complemente el poder estadounidense en el continente.
Su discurso fue ovacionado, en contraste con el discurso de Vance del día anterior.
Los comentarios de Scholz subrayaron el creciente malestar de los dirigentes europeos sobre su relación con Estados Unidos y su propia política interna. Se produjeron cuando, en la cumbre, los líderes se apresuraban a formular una respuesta al repentino cambio de política del presidente Trump respecto a Ucrania, y a la posibilidad de que podría dejar al continente fuera de las negociaciones.
Pocos días antes de las declaraciones de Vance, Trump amenazó con imponer nuevos aranceles a prácticamente todos los países con los que comercia Estados Unidos. Luego habló de negociar el fin de la guerra de Rusia en Ucrania directamente con el presidente ruso Vladimir Putin, dejando a los europeos, incluida Ucrania, preguntándose si estarían incluidos. El ministro de Asuntos Exteriores de Polonia dijo en la cumbre que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había convocado una reunión de emergencia de líderes europeos para debatir sobre Ucrania el domingo.
Al mismo tiempo, los partidos de extrema derecha de toda Europa han ganado terreno aprovechando el malestar por la inmigración, que también contribuyó a impulsar a Trump de nuevo al poder en Estados Unidos. Los comentarios de Vance sugirieron que se estaba formando un nuevo tipo de alianza estadounidense con Europa, que pasa por alto a los dirigentes oficiales en favor de movimientos como la AfD de Alemania y Agrupación Nacional de Francia.
Las sesiones del sábado de la conferencia de seguridad estuvieron dominadas por reacciones, predominantemente negativas, al discurso de Vance y a la agenda de Trump.
Las críticas de Scholz recibieron apoyo de Friedrich Merz, su rival como candidato a canciller por los cristianodemócratas conservadores, quien, según las encuestas, es el favorito para ser el próximo líder de Alemania.
Vance dedicó gran parte de su discurso del viernes a reprender a los europeos por lo que sugirió que eran restricciones de la libertad de expresión al estilo soviético en todo el continente. El sábado, Merz defendió las leyes alemanas que prohíben determinadas formas de expresión, incluida la incitación al odio y los lemas nazis prohibidos, incluso en las redes sociales.
También sugirió que el gobierno de Trump estaba reprimiendo la libertad de expresión en Estados Unidos, después de que el viernes expulsara a The Associated Press de los grupos informativos y del avión de Trump porque la agencia de noticias se niega a seguir la directiva de Trump de cambiar el nombre del golfo de México por el de “golfo de América”.
“Nos atenemos a las normas que dictan nuestras instituciones democráticas”, dijo Merz. “La libertad de expresión sigue siendo libertad de expresión y sigue formando parte de nuestra sociedad abierta y democrática. Y las noticias falsas, la incitación al odio y las ofensas siguen estando sujetas a restricciones legales y controladas por tribunales independientes”.
“Creo que debo decir”, añadió, “que ante los acontecimientos que tuvieron lugar ayer en DC, nunca echaríamos a la agencia de noticias de la sala de prensa de nuestro canciller”.
Merz también criticó la política arancelaria de Trump, afirmando que Alemania quería reducir los aranceles, no aumentarlos, y que “no creemos en los conflictos comerciales”.
La Casa Blanca no hizo comentarios inmediatos sobre las declaraciones de Scholz y Merz.
Los comentarios fueron los más recientes de una serie de críticas al discurso de Vance por parte de políticos alemanes antes de las elecciones del próximo domingo. Los socialdemócratas de Scholz van terceros o cuartos en la mayoría de las encuestas. La AfD va en segundo lugar, y su candidata a canciller, Alice Weidel, se reunió con Vance el viernes en Múnich.
Partes de la AfD han sido clasificadas como extremistas por la inteligencia alemana. Algunos de sus miembros han sido condenados por violar la ley alemana contra el uso de lemas nazis. Otros han sido detenidos por intentar derrocar al gobierno federal. Por eso, aunque candidatos de la AfD han conseguido escaños parlamentarios, ningún otro partido ha estado dispuesto a formar una coalición con ellos para hacerse con el control del gobierno.
Este rechazo colectivo de la AfD y otros partidos extremistas se conoce como barrera cortafuegos. Vance la atacó el viernes, afirmando que la AfD y otros partidos de extrema derecha de toda Europa representaban la legítima preocupación de los votantes por los altos niveles de inmigración a los países europeos desde Medio Oriente y otros lugares.
“No hay lugar para barreras cortafuegos”, dijo Vance.
El vicepresidente también calificó las restricciones a la libertad de expresión de mayor amenaza para Europa que la agresión militar de Rusia o China.
Scholz reprendió a Vance por ese enfoque en una sesión de preguntas y respuestas tras su discurso. Zanny Minton Beddoes, redactora jefe de The Economist, le preguntó si Vance había hecho algún comentario en su discurso sobre el que mereciera la pena reflexionar.
“¿Te refieres a todas estas discusiones tan relevantes sobre Ucrania y la seguridad en Europa?”. dijo Scholz, provocando las risas del público.
Luego abordó directamente la crítica de Vance a las restricciones europeas a la libertad de expresión.
“Debemos tener muy claro que la libertad de expresión en Europa significa que no se ataca a los demás de forma contraria a la legislación y las leyes que tenemos en nuestro país”, dijo Scholz. “Y ese es el caso. No hay diferencia entre el mundo digital y el mundo analógico por decirlo así. Y debemos tener muy claro que el odio y todo esto, que es tan malo para nuestras sociedades, no debe ser la realidad del debate público”.
En su intervención, Zelenski se centró en la cuestión de la defensa europea. Reiteró su postura de que Estados Unidos sería fundamental para garantizar cualquier alto al fuego en Ucrania, pero que necesitaría que Europa también diera un paso adelante. Señaló lo que dijo que eran advertencias de los servicios de inteligencia sobre los planes rusos de realizar maniobras militares en Bielorrusia el próximo verano. Señaló que Rusia había invadido Ucrania tras desplegar soldados en Bielorrusia con la excusa de hacer maniobras.
“Europa tiene que unirse y empezar a actuar de manera que nadie pueda decirle ‘no’ a Europa, dominarla o tratarla como si fuera pusilánime”, dijo Zelenski.
Trump ha dicho que quería acceso a minerales en Ucrania por valor de medio billón de dólares a cambio de un apoyo militar continuado; el secretario del Tesoro, Scott Bessent, inició conversaciones al respecto en Kiev la semana pasada.
Zelenski, en una conversación con la presentadora de CNN Christiane Amanpour tras su discurso, dijo: “Seguimos hablando”, en referencia a ese posible acuerdo.
También afirmó que Ucrania debía estar presente en cualquier conversación sobre el alto al fuego, y pidió reunirse con Trump antes de cualquier reunión que Trump tenga con el presidente de Rusia, Vladimir Putin .
“Depende de ellos, pueden discutir lo que quieran, pero no sobre Ucrania sin Ucrania”, dijo.
Steven Erlanger colaboró con reportería desde Múnich.
Jim Tankersley es el jefe de la oficina de Berlín del Times, y dirige la cobertura de Alemania, Austria y Suiza. Más de Jim Tankersley
Andrew E. Kramer es jefe del buró de The New York Times en Kiev. Ha estado cubriendo la guerra en Ucrania desde 2014.Más de Andrew E. Kramer