Los groenlandeses quieren trazar el rumbo del desarrollo de su país, y así lo han venido haciendo desde que se instauró el autogobierno hace 16 años, asumiendo la responsabilidad principal en muchos ámbitos de la política pública mientras siguen colaborando estrechamente con Dinamarca en otras.
Los estadounidenses, incluido Trump, deben comprender que los groenlandeses no son daneses, sino predominantemente inuit, sí, lo mismo que algunos de los pueblos indígenas de Alaska. Aunque el danés e incluso el inglés se entienden y hablan ampliamente, el groenlandés es la lengua oficial y la cultura inuit groenlandesa sigue siendo fuerte. Con los groenlandeses trabajando para conocer cada vez mejor las tradiciones y la cultura que habían sido descuidadas y suprimidas durante cientos de años, su sentido de identidad es quizá más fuerte que nunca.
En todo el Ártico, los inuit de Estados Unidos, Canadá y Rusia se sienten inspirados por el progreso que han realizado los groenlandeses, por la nación que están construyendo y por su búsqueda para definir su propio futuro. La forma en que a menudo se trata a los pueblos indígenas en Estados Unidos, donde sus lenguas y culturas han sido marginadas, no es un buen argumento de venta para la idea de que Groenlandia forme parte de Estados Unidos.
Los groenlandeses, en general, no desean ser estadounidenses. Muchos tampoco desean ser daneses. Pero la verdad es que no tienen por qué. Pueden seguir siendo groenlandeses. Una encuesta reciente realizada por un periódico groenlandés y otro danés reveló que solo el 6 por ciento de los groenlandeses desea abandonar el reino danés y unirse a Estados Unidos, mientras que el 85 por ciento se opone. La única manera de asegurar y promover los derechos y libertades que Groenlandia ha ganado en las últimas décadas es en asociación con Dinamarca.
En nuestra opinión, la unión de Groenlandia y Dinamarca, junto con las Islas Feroe, puede compararse a la relación entre hermanos. De vez en cuando, es un amor duro, por no decir otra cosa; nuestras tres sociedades ciertamente no están de acuerdo en todos los asuntos. Al menos hasta ahora, uno de los hermanos siempre ha sido más fuerte que los demás, y eso a veces crea tensiones. Pero cuando el hostigador del patio de la escuela, en este caso Trump, venga por uno de nosotros, nos uniremos y le diremos que se vaya.