03:28 GMT - Thursday, 06 March, 2025

La guerra comercial de Trump podría ser su mayor apuesta económica

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El martes, el presidente Donald Trump hizo una de las mayores apuestas de su presidencia al imponer aranceles generalizados, sin una justificación clara, a las importaciones procedentes de Canadá, México y China, desencadenando una guerra comercial que amenaza con socavar la economía de Estados Unidos.

Sus acciones han trastornado las relaciones diplomáticas con los mayores socios comerciales de Estados Unidos, han hecho caer los mercados y han provocado represalias contra los productos estadounidenses, dejando perplejos a empresas, inversores y economistas sobre por qué Trump crearía tal agitación sin negociaciones prolongadas ni un razonamiento claro.

Trump ha ofrecido una variedad de explicaciones para los aranceles, diciendo que son un castigo por el fracaso de otros países a la hora de detener el flujo de drogas y migrantes hacia Estados Unidos, una forma de forzar el retorno de la manufactura a Estados Unidos y una venganza para los países que se aprovechan de Estados Unidos. El martes, citó la hostilidad de Canadá hacia los bancos estadounidenses como otra razón.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que era difícil comprender los motivos de Trump para imponer aranceles, pero postuló que su intención era paralizar a Canadá. “Lo que quiere es ver un colapso total de la economía canadiense, porque así será más fácil anexionarnos”, dijo Trudeau durante una conferencia de prensa el martes. “Eso nunca va a ocurrir. Nunca seremos el estado 51”.

Howard Lutnick, secretario de Comercio, dijo el martes por la tarde que el presidente podría llegar a algún tipo de acuerdo con Canadá y México y anunciarlo el miércoles. “Creo que va a pensar: ustedes hacen más y yo ofrezco de alguna manera un punto medio”, dijo Lutnick.

Canadá anunció una serie de aranceles de represalia sobre importaciones estadounidenses por valor de 20.500 millones de dólares, y Trudeau dijo que se avecinaban otras medidas “no arancelarias”.

“Sí, él puede perjudicar a la economía canadiense, pero va a descubrir rápidamente, como van a descubrir rápidamente las familias estadounidenses, que va a perjudicar a las personas de ambos lados de la frontera”, dijo Trudeau.

Los mercados bursátiles de todo el mundo se desplomaron. En Estados Unidos, el sector financiero fue uno de los más afectados, junto con una serie de empresas, entre ellas compañías de cruceros y grandes empresas tecnológicas. El índice S&P 500 cayó hasta un 2 por ciento antes de moderar las pérdidas por la tarde. El descenso se sumó a la pérdida del 1,8 por ciento del lunes, que fue su mayor caída este año.

La apuesta que parece estar haciendo Trump es que Estados Unidos es tan fuerte económicamente y tan fundamental para el comercio internacional que puede desplegar los aranceles como garrote para resolver casi todos los problemas. Pero la mezcla de mercantilismo y tácticas intimidatorias de Trump corre el riesgo de desestabilizar una economía estadounidense golpeada por tres años de inflación y que ahora se enfrenta a una desaceleración del crecimiento.

El presidente está imponiendo fuertes gravámenes de importación a los mayores socios comerciales de Estados Unidos en un momento en que la inflación aún no está totalmente bajo control, una decisión que, según muchos economistas, aumentará aún más los costos para los hogares estadounidenses y obstaculizará el crecimiento económico.

“El pueblo estadounidense cuenta con que el presidente Trump reduzca los costos y haga crecer la economía estadounidense”, dijo Michael Hanson, vicepresidente ejecutivo de asuntos públicos de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista. “Los aranceles a Canadá y México ponen esos objetivos en grave peligro y corren el riesgo de desestabilizar la economía norteamericana”.

Preocupados, grupos empresariales celebraron reuniones de emergencia el martes para determinar sus respuestas a las medidas comerciales, que imponen un arancel del 25 por ciento a los productos procedentes de Canadá y México, y añaden otro arancel del 10 por ciento a los gravámenes anteriores sobre China. Algunos grupos estaban considerando emprender acciones legales para desafiar la autoridad de seguridad nacional que el gobierno de Trump está invocando para promulgar los aranceles.

Otros trataban de lidiar con lo que significarían para sus balances finales. El minorista Target advirtió el martes de que los aranceles podrían perjudicar su esfuerzo por recuperarse de un duro 2024, afirmando que los consumidores podrían contener el gasto en medio de una mayor incertidumbre sobre la economía y que la empresa podría subir los precios de algunos productos desde esta semana. La directora ejecutiva de Best Buy, Corie Barry, dijo en una conferencia telefónica que era “muy probable” que se produjeran aumentos de precios, pero que era difícil decir cuál sería su magnitud.

Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide, estimó que si se mantuvieran los aranceles y continuaran las represalias, el crecimiento económico sería un punto porcentual inferior al que se había proyectado. Eso sugeriría que la economía estadounidense crecería solo un 1 por ciento en 2025. En 2024, creció un 2,5 por ciento.

Bostjancic también estimó que los aranceles podrían provocar subidas de precios en artículos de uso cotidiano que costarían a los hogares 1000 dólares más al año, en promedio.

Algunas empresas y sindicatos que se beneficiarían de los aranceles los elogiaron. El sindicato United Auto Workers dijo que estaban “contentos de ver a un presidente estadounidense tomar medidas agresivas para poner fin al desastre del libre comercio que ha caído como una bomba sobre la clase trabajadora”.

Y Trump no dio muestras de echarse atrás el martes, al afirmar que las empresas podrían simplemente evitar los aranceles si construyeran sus fábricas en Estados Unidos.

“¡¡¡SI LAS EMPRESAS SE TRASLADAN A ESTADOS UNIDOS, NO HAY ARANCELES!!!” escribió Trump en Truth Social el martes.

Horas después, Trump advirtió que si Canadá tomaba represalias con sus propios aranceles más elevados, Estados Unidos aumentaría su arancel “recíproco” en la misma cantidad.

Los principales asesores económicos de Trump intentaron explicar la decisión el martes. Lutnick dijo en la CNBC que los aranceles “no eran una guerra comercial”, y calificó el conflicto de “guerra contra las drogas”.

Si Canadá y México pueden demostrarle al presidente que pueden detener el flujo de fentanilo, “entonces por supuesto que el presidente puede eliminar estos aranceles”, dijo el secretario de Comercio. Pero dijo que Estados Unidos no había visto una “reducción estadísticamente relevante de muertes” en el país.

Las estadísticas oficiales muestran que las muertes por sobredosis en Estados Unidos han disminuido significativamente en los 12 meses previos a septiembre del año pasado, y los cruces en la frontera entre EE. UU. y México se han desplomado.

Lutnick dijo que el presidente tomaría otras medidas relacionadas con el comercio contra Canadá y México en abril. “Canadá y México tenían una invitación para comerciar con una economía asombrosa, la de Estados Unidos de América, y han abusado de esa invitación”, dijo Lutnick.

Everett Eissenstat, socio de Squire Patton Boggs y exasesor económico de Trump, refirió que el presidente parecía insatisfecho con el progreso de otros países en la lucha contra el narcotráfico, pero dijo que podría tener otros objetivos.

“Creo que se trata del fentanilo, pero también de un panorama más amplio”, dijo.

Trudeau, junto con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, insinuó que el gobierno estaba creando un pretexto falso para los aranceles.

Tras enumerar una lista de éxitos recientes de México en la lucha contra el narcotráfico, Sheinbaum rechazó el “fentanilo como el argumento” invocado por Trump para justificar la imposición de los aranceles.

“Por razones humanitarias colaboramos para evitar el tráfico de drogas ilegales hacia Estados Unidos”, dijo en un comunicado. “Pero como lo hemos manifestado en múltiples ocasiones, el gobierno de ese país debe hacerse cargo también de la crisis del consumo de opioides que ha causado tantas muertes en Estados Unidos”.

Trudeau calificó el razonamiento de Trump de “completamente ficticio, completamente injustificado, completamente falso”.

Uno de los principales objetivos de Trump para los aranceles es forzar una mayor fabricación nacional. También considera los déficits comerciales como “subvenciones” estadounidenses a otros países y cree que los aranceles pueden ayudar a compensar el costo de los recortes fiscales y ayudar a pagar la deuda nacional de 36 billones de dólares.

Es probable que los aranceles animen a algunas empresas a abrir fábricas en Estados Unidos, para atender a los clientes estadounidenses. Pero Canadá, México y China también han anunciado planes para tomar represalias contra las exportaciones estadounidenses, afectando a una amplia franja de sectores estadounidenses, como la agricultura, el comercio minorista y la automoción.

El impacto económico de los aranceles depende en gran medida de cómo se desplace el comercio mundial para tener en cuenta el aumento de los costos y de cómo se adapten los consumidores. Citando el desvío del comercio hacia Vietnam y México durante la guerra comercial de Trump en su primer gobierno, los economistas de Pantheon Macroeconomics predicen que estos aranceles provocarán un descenso de la cuota de importaciones estadounidenses procedentes de México hasta del 13 por ciento, una caída de 2 puntos porcentuales. También prevén que las importaciones estadounidenses procedentes de Canadá se reduzcan al 10 por ciento.

John C. Williams, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, advirtió el martes de que los aranceles probablemente provocarían un aumento de los precios estadounidenses, pero que la magnitud era muy incierta.

En su intervención en un acto organizado por Bloomberg, dijo que estaba empezando a tener en cuenta el impacto de los aranceles en la inflación “porque creo que veremos algunos de esos efectos más adelante este año”.

Williams subrayó que la Reserva Federal también estaba prestando mucha atención a cómo afectarían los aranceles a la actividad económica, incluyendo si las empresas siguen invirtiendo o si los consumidores siguen gastando. “Ahí es donde creo que hay otra gran incertidumbre”, dijo.

Es probable que Trump tenga razón en su cálculo de que los aranceles perjudicarán más a los socios comerciales estadounidenses que a Estados Unidos. Dado que Estados Unidos es un país tan grande y con recursos tan diversos, depende mucho menos del comercio que muchas otras economías avanzadas. Los aranceles también podrían fortalecer el dólar estadounidense, que es la moneda de reserva mundial, haciendo que las importaciones parezcan más baratas y atenuando parte del impacto de los gravámenes.

El comercio de bienes y servicios representa alrededor de una cuarta parte de la actividad económica estadounidense, frente a aproximadamente el 70 por ciento de México y Canadá y el 37 por ciento de China. Tanto Canadá como México envían alrededor del 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, lo que los hace extremadamente dependientes de este país.

Los gobiernos extranjeros ya han reaccionado a la amenaza de los aranceles de Trump trabajando discretamente para diversificar sus relaciones comerciales, buscando socios distintos de Estados Unidos. México ha actualizado su acuerdo comercial con la Unión Europea y ha avanzado en las conversaciones comerciales con Brasil. Europa alcanzó un acuerdo por separado con países sudamericanos y con Suiza.

Aun así, es probable que los efectos negativos de los aranceles sean inevitables, sobre todo para Canadá y México. Según un análisis realizado en febrero por el Instituto Peterson de Economía Internacional, un arancel del 25 por ciento sobre todas las importaciones estadounidenses procedentes de Canadá y México, acompañado de aranceles similares por parte de esos países, provocaría una contracción de la economía estadounidense en los próximos años, aunque las economías canadiense y mexicana se contraerían más.

Los aranceles suscitaron una rápida condena de los demócratas del Congreso, mientras que los republicanos se esforzaban por defenderlos.

El senador John Thune, republicano por Dakota del Sur y líder de la mayoría, dijo que los aranceles de Trump estaban “orientados en torno a objetivos específicos, en este caso, reducir la cantidad de fentanilo que entra en este país, a través de nuestras fronteras. Y por eso estos aranceles, creo, con suerte serán temporales”.

“Esperemos que, cuando todo esté dicho y hecho, no sea algo que provoque muchos trastornos”, dijo.

El senador Ted Cruz, republicano por Texas, también dijo que esperaba que los aranceles no persistieran durante un largo periodo de tiempo.

“Texas comercia mucho con México y Canadá”, dijo Cruz. “Así que mi esperanza es que estos aranceles actúen como el incentivo que el presidente Trump dijo que pretendían ser”.

Colby Smith, Joe Rennison y Catie Edmondson colaboraron con la reportería.

Alan Rappeport es reportero en materia de política económica radicado en Washington. Cubre el Departamento del Tesoro estadounidense y escribe sobre impuestos, comercio y asuntos fiscales. Más de Alan Rappeport

Ana Swanson cubre comercio y economía internacional para el Times desde la corresponsalía en Washington. Ha sido periodista por más de una década. Más de Ana Swanson

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