En los últimos meses, las fuerzas ucranianas han paralizado la ofensiva rusa en la región oriental de Donetsk y han empezado a recuperar porciones pequeñas de terreno, según soldados ucranianos y analistas militares.
Rusia sigue manteniendo la iniciativa con decenas de ataques diarios en el frente oriental, según los soldados y analistas. Sin embargo, tras más de 15 meses de ofensiva, las brigadas rusas se han agotado y Moscú tiene problemas para reponer el equipo destruido. Esto ofrece oportunidades limitadas que las fuerzas ucranianas tratan de aprovechar.
“El esfuerzo ofensivo ruso en Donetsk se ha estancado en los últimos meses debido al mal clima, al agotamiento de las fuerzas rusas y a la efectiva adaptación ucraniana a la forma en que los soldados rusos han estado luchando”, dijo Michael Kofman, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional en Washington.
Aunque Kofman cree que es muy pronto para afirmar que el frente se ha estabilizado en Donetsk, a medida que Ucrania ha encontrado maneras innovadoras de compensar su escasez de soldados, la situación ha mejorado.
Los soldados ucranianos advirtieron que esperaban que los rusos se reagruparan e intensificaran sus esfuerzos ofensivos para aprovechar la repentina suspensión de la ayuda militar estadounidense y del intercambio de inteligencia, que amenaza con socavar el esfuerzo bélico ucraniano.
Se espera que la pausa en el intercambio de inteligencia sea uno de los temas que los funcionarios ucranianos y estadounidenses discutan esta semana en su primera reunión de alto nivel en persona desde el altercado ocurrido entre el presidente Donald Trump y el presidente Zelenski en la Casa Blanca el 28 de febrero. Zelenski dijo que la reunión se realizará el martes en Arabia Saudita, y el Departamento de Estado dice que el secretario de Estado Marco Rubio formará parte de esas conversaciones. (Zelenski también dijo que el lunes se reuniría en Arabia Saudita con el príncipe heredero Mohammed bin Salman).
Analistas militares occidentales y funcionarios estadounidenses creen que es probable que la orden de retener el equipo tarde varios meses en tener un impacto significativo en el frente. Sin embargo, la pérdida de información ya está afectando la capacidad de Ucrania para atacar los centros de mando rusos, los centros logísticos y las concentraciones de soldados detrás de las líneas del frente.
Los soldados ucranianos señalaron que la falta de inteligencia era especialmente problemática en la región rusa de Kursk, donde los soldados rusos y norcoreanos están a la ofensiva y han avanzado con rapidez. Ucrania considera que su dominio sobre Kursk es crucial para utilizarlo como ventaja en cualquier negociación para poner fin a la guerra. Los soldados, que hablaron desde el frente por teléfono el viernes y el sábado, solicitaron mantener su anonimato para poder hablar de operaciones delicadas.
Un alto funcionario militar estadounidense que habló bajo condición de anonimato para hablar de temas operativos dijo que la pausa en el intercambio de inteligencia había perjudicado la capacidad de Ucrania para detectar y atacar a las fuerzas rusas en Kursk y dificultado su capacidad para atacar objetivos de alto valor.
El general retirado del ejército Keith Kellogg, enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, reconoció que la medida tendría un impacto “significativo” en la conducta de Ucrania en el campo de batalla.
Ucrania ha propuesto una tregua parcial inmediata en las operaciones aéreas y marítimas y ha reconocido que parte del territorio seguiría bajo ocupación rusa. Sin embargo, funcionarios estadounidenses han dicho que la suspensión seguiría en vigor hasta que los ucranianos cedan a exigencias no especificadas de la Casa Blanca.
Muchas de las batallas más duras de la guerra siguen concentrándose a lo largo del frente de más de 418 kilómetros de la región de Donbás, que incluye a Donetsk.
Aunque Rusia logró hacer avances significativos en la parte sur del Donbás el año pasado, aún le falta mucho para capturar el resto de las ciudades y los pueblos que constituyen la columna vertebral de la defensa ucraniana.
Este es un panorama de la situación en tres puntos clave de la región.
La defensa de Pokrovsk
Las fuerzas rusas avanzaron en diciembre hasta situarse a alrededor de cinco kilómetros de Pokrovsk, una ciudad ubicada en el centro de muchas de las líneas ferroviarias y carreteras de la región de Donbás.
Sin embargo, las defensas ucranianas están bien preparadas y han impedido un asalto frontal. Debido a esto, los rusos han tratado de rodear la ciudad desde el sur.
A medida que el avance ruso perdía velocidad, para luego estancarse, las fuerzas ucranianas comenzaron a hacer una serie de contrataques localizados para recuperar posiciones ventajosas.
El mayor Taras, comandante adjunto de batallón en la Brigada Jaeger 68, describió una operación realizada el mes pasado para retomar parte de Dachenske, un pueblo al sur de Pokrovsk.
“Nos abastecimos de municiones, hicimos, digamos, una minipreparación de artillería, identificamos en qué partes del pueblo se encontraba el enemigo y lanzamos un ataque masivo ahí”, dijo el mayor Taras, quien, como muchos soldados, pidió ser identificado por su nombre de pila según el protocolo militar.
Luego dos equipos de asalto de infantería atacaron.
La batalla duró alrededor de 90 minutos. Cuando terminó, los ucranianos controlaban aproximadamente la mitad del pueblo, una afirmación respaldada por imágenes de combate verificadas por analistas militares.
Sin embargo, según el mayor Taras, “para controlar y tomar el pueblo entero se necesitan más personas y más recursos”.
Comentó que esto era representativo de los combates en general, con los ucranianos intentando explotar las debilidades rusas, pero limitados por su propia escasez de soldados y poder de fuego.
El coronel Oleksii Khilchenko, comandante de la Tercera Brigada Operativa de la Guardia Nacional, dijo que las fuerzas rusas redujeron notablemente los ataques el mes pasado tras haber sufrido grandes pérdidas. Afirmó que, en un momento dado, los rusos estuvieron enviando soldados heridos con muletas para que participaran en los ataques. No fue posible confirmar independientemente esta afirmación.
Pero subestimar al enemigo sería un error, advirtió.
“Los rusos están reagrupando constantemente sus fuerzas, reponiendo pérdidas y redesplegando unidades desde otras direcciones”, dijo.
El mayor Taras dijo que las fuerzas rusas realizaban “reconocimientos detallados de nuestras posiciones, nuestra retaguardia y nuestras rutas logísticas todos los días” y estaban “planeando, preparando y buscando lanzar una ofensiva sigilosa o repentina”.
Combate calle por calle en Toretsk
La estratégica ciudad de Toretsk ha sido escenario de furiosos combates urbanos durante ocho meses.
El capitán Bohdan Ravlikovskyi, de la Brigada 12 de Fuerzas Especiales Azov, dijo que los ucranianos han llegado a mantener posiciones en la misma calle, o incluso en el mismo edificio, que el enemigo.
“Incluso ha habido casos en los que el enemigo se arrastra con minas atadas a la espalda para volar nuestras posiciones: se arrastra por debajo de un edificio, lanza minas y las detona”, dijo.
El objetivo de los ataques rusos en Toretsk es el mismo que en cualquier otro lugar: penetrar lo más profundamente que sea posible, utilizando motocicletas, vehículos civiles, vehículos blindados o a pie. Si pueden mantener la posición, esperan refuerzos e intentan avanzar de nuevo.
Pero, en los últimos días, son los ucranianos los que han estado avanzando en partes de Toretsk en contraataques localizados y enfrentamientos feroces, dijeron los soldados.
En agosto, la entrada de Rusia en la ciudad se produjo en un momento en que las fuerzas ucranianas tenían problemas en el frente oriental.
La crítica escasez de soldados y municiones —agravada por un retraso de seis meses en la ayuda estadounidense y por problemas de organización— permitió que Rusia se apoderara de alrededor de 4143 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano en 2024.
Las fuerzas ucranianas siguen superadas tanto en soldados como en armas. Sin embargo, con la ayuda de una constelación de drones cada vez mayor, las grandes pérdidas que están infligiendo a las fuerzas rusas están teniendo un impacto cada vez mayor.
La ciudad fortaleza destruida: Chasiv Yar
El teniente Mykola, comandante de 37 años de la Brigada de Asalto 5 ucraniana, fue asignado por primera vez hace dos años a una posición defensiva alrededor de Chasiv Yar, una ciudad clave ubicada en lo alto de una colina.
“Seguimos manteniendo casi las mismas líneas”, dijo.
Tras la caída de la ciudad de Bajmut, en el este del país, en mayo de 2023, los rusos tardaron casi un año en avanzar 13 kilómetros hacia Chasiv Yar. Los rusos publicaron un video en el que muestran cómo han cubierto la carretera a la ciudad con redes para proteger su línea de suministros de los ataques de drones ucranianos.
Al igual que Toretsk al sur, Chasiv Yar sirve como un escudo que impide que las fuerzas rusas ataquen directamente Kostiantynivka y otras ciudades de la región de Donetsk que siguen bajo control de Kiev.
Los rusos montaron sus primeros ataques directos a Chasiv Yar en abril de 2024 y han empleado diversas tácticas.
Los aviones de guerra rusos arrasaron las fortificaciones ucranianas con potentes bombas guiadas. Han atacado con columnas blindadas y en pequeños asaltos dirigidos por infantería. A veces se infiltran tras las líneas ucranianas utilizando oleoductos y túneles.
A lo largo de muchos meses, se han abierto camino hasta la ciudad y han capturado gran parte de ella. Sin embargo, los soldados dijeron que grandes áreas son “zonas grises” en las que ninguna de las partes tiene el control absoluto.
El teniente Mykola dijo que los combates eran incesantes, pero que el enemigo también estaba sufriendo.
“Vemos cómo disminuye la calidad y la cantidad de sus tropas, lo cual, afortunadamente para nosotros, está empeorando”, dijo.
Eric Schmitt y Liubov Sholudko colaboraron con reportería.
Marc Santora ha estado reportando desde Ucrania desde el comienzo de la guerra con Rusia. Antes trabajó en Londres como editor de noticias internacionales enfocado en noticias de último momento y antes fue jefe de la corresponsalía de Europa Central y del Este, con sede en Varsovia. También ha reportado ampliamente desde Irak y África. Más de Marc Santora