Mark Carney, exgobernador del banco central canadiense, consiguió el liderazgo del Partido Liberal de Canadá el domingo y se convertirá en primer ministro en un momento crítico para el país, que se enfrenta a amenazas a su economía y soberanía por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Carney, quien nunca había sido elegido para un cargo público, fue gobernador del Banco de Canadá durante la crisis financiera mundial de 2008 y gobernador del Banco de Inglaterra durante el Brexit. También fue un banquero de éxito en el sector privado, amasando una importante fortuna personal.
Dominó la carrera por el liderazgo de los liberales, asegurándose una victoria decisiva. Pero como el partido no tiene mayoría en el Parlamento, Carney pronto tendrá que convocar elecciones generales, en las que los liberales se enfrentarán al Partido Conservador, dirigido por Pierre Poilievre.
La elección de Carney marca el final del mandato de una década de Justin Trudeau como primer ministro. La popularidad de Trudeau se había deteriorado, ya que muchos lo culpaban del oneroso costo de la vida en Canadá, del aumento de los precios de la vivienda, de la sobrecarga del sistema de salud y de otros problemas.
Las amenazas de Trump se ciernen sobre él
La sombra de Trump planeaba sobre la festiva reunión de fieles del Partido Liberal en Ottawa con motivo de la elección de su líder del domingo. Sus aranceles intermitentes sobre los productos canadienses ya están afectando a la economía, y sus frecuentes declaraciones sobre convertir a Canadá en el estado número 51 han enfurecido a la mayoría de la población.
Trudeau captó el ambiente en su emotivo discurso de despedida, justo antes de que se anunciara la victoria de Carney. “Este es un momento decisivo para la nación”, dijo. “La democracia no es un hecho. La libertad no es un hecho. Ni siquiera Canadá es un hecho”.
En su propio discurso, Carney identificó a dos antagonistas clave mientras se prepara para asumir el cargo y dirigir a su partido en las elecciones: Trump y Poilievre.
“Donald Trump cree que puede debilitarnos con su plan de divide y vencerás”, dijo Carney. “El plan de Pierre Poilievre nos dejará divididos y listos para ser conquistados, porque una persona que rinde culto en el altar de Donald Trump se arrodillará ante él, no le plantará cara”.
Carney ve “días oscuros”
Carney consiguió el liderazgo al obtener el 85,9 por ciento de los aproximadamente 152.000 votos emitidos por los miembros del Partido Liberal.
En contraste con los “días soleados” que Trudeau prometió cuando se convirtió en primer ministro en 2015, Carney señaló nubes en el horizonte, procedentes de Washington.
“Sé que estos son días oscuros, días oscuros provocados por un país en el que ya no podemos confiar”, dijo Carney.
Carney, a quien se considera un tecnócrata centrista, repasó algunas de sus principales promesas electorales, como la eliminación inmediata del muy criticado impuesto sobre el carbono de Trudeau y la anulación de una subida del impuesto sobre las plusvalías. La campaña de Carney se centró principalmente en reorientar la economía de Canadá, debilitada por la inflación y la baja productividad.
“Soy un pragmático por encima de todo”, dijo a los miembros del partido. “Cuando vea algo que no funciona, lo cambiaré”.
Aunque Carney ha pasado gran parte de su carrera ante la opinión pública como director de dos bancos centrales, en Canadá es una figura menos conocida que Chrystia Freeland, la exministra de Economía que quedó en un lejano segundo lugar en la carrera por el liderazgo liberal.
Pero pronto se verá inmerso en una batalla contra Trump, defendiendo a Canadá de las mordaces críticas del presidente estadounidense y de los diversos aranceles que ha amenazado con imponer.
Trudeau se despide emocionado
Cuando Trudeau fue elegido en 2015, y prometió llevar a Canadá a una era optimista, se convirtió en el rostro telegénico del progresismo mundial.
El domingo, en un discurso considerado como un broche de oro a su etapa en el poder, Trudeau intentó ofrecer un mensaje esperanzador, pero también dijo con sobriedad que Canadá se enfrentaba a un “desafío existencial” por parte de su vecino. Ha dejado claro que considera mortalmente graves las amenazas de Trump de anexionarse Canadá.
Ante ese desafío, dijo Trudeau, “los canadienses están demostrando qué es lo que nos hace canadienses; no definiéndonos por quiénes no somos, sino abrazando con orgullo quiénes somos.“
Trudeau comenzó su discurso con lágrimas en los ojos tras una introducción de su hija, Ella-Grace Trudeau, de 16 años. “Mis hermanos y yo hemos compartido a nuestro padre con ustedes durante los últimos 12 años”, dijo. “Ahora, vamos a recuperarlo”.
Las elecciones se han transformado
Se espera que Carney, quien no ocupa ningún escaño en el Parlamento, jure el cargo de primer ministro a principios de esta semana.
Pronto se enfrentará a Poilievre, un político de carrera que hace solo unos meses tenía una ventaja de dos dígitos sobre los liberales en los sondeos de opinión.
Pero la belicosidad de Trump ha trastocado la contienda. Poilievre se ha visto perjudicado por la percepción de que está ideológicamente alineado con el presidente estadounidense, y las encuestas indican que los votantes creen que Carney es mejor opción para enfrentarse a él.
Poilievre, quien había acusado sin descanso a los liberales de haber “roto” Canadá, ha pasado ahora a un mensaje de “Canadá primero”, mientras intenta distanciarse de Trump.
Matina Stevis-Gridneff es la jefa del buró del Times para Canadá, desde donde dirige la cobertura del país. Más de Matina Stevis-Gridneff
Vjosa Isai es reportera e investigadora del Times radicada en Toronto, donde cubre noticias de todo Canadá. Más de Vjosa Isai