El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió el martes a Hamás que si no liberaba a los rehenes antes del mediodía del sábado, el alto al fuego en la guerra en la Franja de Gaza terminaría y los soldados israelíes reanudarían los “intensos combates”.
Netanyahu dijo que la amenaza de Hamás del lunes de aplazar la próxima ronda de liberación de rehenes equivalía a violar el acuerdo de alto al fuego. Netanyahu no especificó cuántos rehenes tendrían que ser liberados para detener la reanudación de la guerra. La oficina del primer ministro declinó confirmar a cuántos rehenes se refería.
Sus declaraciones hicieron eco del ultimátum que el presidente Donald Trump dirigió el lunes por la noche a Hamás, en el que decía que si no se liberaba a todos los rehenes israelíes que quedaban en Gaza antes de las 12:00 horas del sábado, se cancelaría el acuerdo de alto al fuego con Israel y “se desataría el infierno”.
En un principio, tres israelíes iban a ser liberados esta semana en el último intercambio de rehenes por prisioneros, tal como exige el acuerdo de alto al fuego para poner fin a la guerra que comenzó con el ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. La mayoría de los intercambios se han hecho los sábados.
Hasta ahora, se ha liberado a 16 de los 33 rehenes israelíes que debían ser liberados en la primera fase de este alto al fuego. Unos 60 rehenes más, algunos de los cuales se cree que han muerto, iban a ser puestos en libertad esta primavera según la segunda fase del acuerdo.
En un video publicado el martes tras una reunión de cuatro horas con su gabinete de seguridad, Netanyahu dijo que él y sus principales asesores habían quedado impresionados por el aspecto demacrado de los tres hombres israelíes que fueron liberados el sábado pasado.
“La decisión que aprobé en el gabinete, por unanimidad, es esta: si Hamás no devuelve a nuestros rehenes el sábado al mediodía, el alto al fuego terminará y las Fuerzas de Defensa de Israel reanudarán los intensos combates hasta que Hamás sea derrotada de manera decisiva”, dijo Netanyahu en el video, refiriéndose a las Fuerzas de Defensa de Israel.
Netanyahu también reiteró la orden del lunes por la noche de reforzar los soldados en Gaza y sus alrededores, pero no dijo de manera específica que estuvieran planeando reconquistar el territorio del que Israel se había retirado recientemente. “Esta operación está actualmente en curso”, dijo Netanyahu. “Se completará lo antes posible”.
En un comunicado emitido el martes por la noche, el ejército israelí dijo que estaba movilizando reservistas entre los soldados que formarían parte de la operación.
En su amenaza del lunes de retrasar la próxima ronda de liberación de rehenes, Hamás acusó a Israel de violar partes del acuerdo de alto al fuego, entre otras cosas por ralentizar la suficiente ayuda humanitaria en Gaza y sus alrededores. Israel ha negado la acusación.
El martes por la noche, Hamás dijo en una declaración que estaba comprometido con el acuerdo “mientras la ocupación se adhiera a él”. La declaración añadía: “Insistimos en que la ocupación es la parte que no ha cumplido sus compromisos, y es responsable de cualquier complicación o retraso”.
Pero, en términos más generales, Hamás se ha enfurecido por la reiterada propuesta de Trump de reubicar a unos dos millones de palestinos de Gaza y reconstruir el territorio devastado por la guerra para convertirlo en la “Riviera de Oriente Medio”.
Trump también dijo que no se permitiría regresar a los residentes del enclave una vez que se marcharan. La deportación forzosa de una población civil es un crimen de guerra según el derecho internacional.
Tras el atentado de Hamás de 2023, en el que murieron unas 1200 personas y otras 250 fueron secuestradas en Gaza, Israel bombardeó el territorio con el objetivo de diezmar a los militantes. Unos 48.000 palestinos han muerto durante los combates, según los funcionarios sanitarios gazatíes, que no distinguen entre combatientes y civiles. Millones de palestinos también han sido desplazados en el enclave, y muchos regresan a barrios en ruinas.
Trump ha dicho que “haría un trato” con Jordania y Egipto para acoger a los palestinos, una medida que, según los analistas, desestabilizaría a ambos países y que ha sido rechazada completamente por sus dirigentes.
El presidente de Egipto, Abdulfatah el Sisi, desechó los planes provisionales de visitar a Trump en Washington hasta nuevo aviso. Pero el rey Abdullah II de Jordania, que se reunió con Trump en la Casa Blanca el martes, trató de adoptar un tono más diplomático.
“Creo que la cuestión es cómo hacer que esto funcione de forma que sea bueno para todos”, dijo el rey Abdullah. “Obviamente, tenemos que velar por los mejores intereses de Estados Unidos, de los pueblos de la región, especialmente para mi pueblo de Jordania”.
Dijo que Jordania estaba dispuesta a acoger a 2000 niños palestinos con cáncer o muy enfermos “de inmediato”. Trump lo calificó de “hermoso gesto”.
La insistencia de Trump en que Estados Unidos tenía autoridad para “tomar” Gaza y que otros países de la región absorberían a los palestinos que viven allí ha provocado la ira generalizada de los Estados árabes de Oriente Medio e incluso de algunos aliados estadounidenses en Europa. También suscitó la preocupación en Israel de que Netanyahu dispusiera ahora de una vía de escape política para poner fin a las negociaciones de alto al fuego y, en su lugar, reiniciar la guerra.
Hamás, en una declaración hecha el martes, calificó la propuesta más amplia de Trump de expulsar a los gazatíes de “limpieza étnica”.
En respuesta a Netanyahu, un grupo que representa a las familias de los rehenes lo instó a continuar las conversaciones diplomáticas.
“Tomó la decisión de traer a casa a todos nuestros rehenes mediante un acuerdo”, dijo el Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos en un comunicado. “No debemos dar marcha atrás. No podemos permitir que los rehenes se consuman en el cautiverio”. Y concluyó: “Complete inmediatamente las negociaciones y traiga de vuelta hasta el último rehén con la máxima urgencia”.
La primera fase del acuerdo de alto al fuego se alcanzó el mes pasado entre Israel y Hamás y expiraba el 2 de marzo. Algunos funcionarios israelíes se han opuesto a una segunda fase del acuerdo que incluiría conversaciones sobre cómo poner fin por completo a la guerra, alentando en cambio al gobierno a que el ejército siga luchando contra Hamás.
“O se libera a todos los rehenes antes del sábado —no más fases, no más juegos— o abriremos las puertas del infierno sobre ellos, y esto significa sin electricidad, sin agua, sin combustible, sin ayuda humanitaria”, dijo Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas ultranacionalista, en las redes sociales tras la reunión del gabinete de seguridad del martes.
Otros quieren que continúen las negociaciones, celebradas en Doha con Estados Unidos, Egipto y Catar como intermediarios, para lograr una paz duradera.
“Netanyahu, vete a Doha”, escribió el líder de la oposición Yair Lapid en las redes sociales a primera hora del martes. “Trae a todos a casa. El tiempo se acaba”.
El acuerdo de alto al fuego ya se tambaleaba antes de la advertencia de Netanyahu del martes, junto con el duelo de amenazas de Hamás y Trump que lo precedió. Como el gobierno de derecha de Netanyahu está en peligro si la guerra termina con Hamás todavía al mando de Gaza, se esperaba en Israel que intentara retrasar el avance hacia un alto al fuego permanente.
Algunos líderes mundiales ya se preparaban el martes ante los signos de que se estaba desmoronando.
“Debemos evitar a toda costa la reanudación de las hostilidades en Gaza, lo que provocaría una inmensa tragedia”, instó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. “Hago un llamado a Hamás para que proceda a la liberación prevista de los rehenes. Ambas partes deben cumplir plenamente sus compromisos en el acuerdo de alto al fuego y reanudar negociaciones serias”.
Patrick Kingsley, Gabby Sobelman, Natan Odenheimer, Ephrat Livni y Aaron Boxerman colaboraron con reportería.
Lara Jakes, radicada en Roma, cubre los esfuerzos diplomáticos y militares de Occidente para apoyar a Ucrania en su guerra con Rusia. Es periodista desde hace casi 30 años. Más de Lara Jakes