El gobierno de Donald Trump ha revocado el Estatus de Protección Temporal, o TPS por su sigla en inglés, a más de 300.000 venezolanos en Estados Unidos, dejando a esta población vulnerable ante una posible deportación en los próximos meses, según documentos gubernamentales obtenidos por The New York Times.
Esta medida, la primera del presidente Trump que elimina este tipo de protecciones en su segundo mandato, indica que planea continuar la ofensiva contra el programa que comenzó en su primer gobierno, cuando trató de poner fin al estatus de los migrantes de Sudán, El Salvador y Haití, entre otros. Los tribunales federales se opusieron a la forma en que deshizo las protecciones.
La decisión es también la última de una serie de medidas del gobierno de Trump para endurecer el sistema de migración, incluida la interrupción de programas que permiten a los migrantes entrar por vías que antes eran legales y la congelación del sistema de refugiados.
Durante el primer mandato de Trump, cuando el gobierno puso fin a la protección de los migrantes de El Salvador y Haití, las autoridades permitieron que los afectados conservaran su estatus entre 12 y 18 meses antes de que finalizara.
Esta vez, el gobierno ha decidido que los cambios sean más inmediatos. Los beneficiarios del TPS de Venezuela que recibieron la protección en 2023 perderán su estatus temporal 60 días después de que el gobierno publique el aviso de finalización.
Los críticos republicanos del programa han dicho que se ha utilizado para permitir que los migrantes permanezcan mucho más tiempo del previsto y que ha pasado de ser algo temporal a un acuerdo más permanente. El vicepresidente JD Vance criticó duramente el programa en octubre e insinuó un nuevo enfoque.
“Vamos a dejar de conceder en masa el Estatus de Protección Temporal”, dijo entonces.
El aviso indica que más de 300.000 venezolanos tenían el TPS hasta abril. Otro grupo de más de 250.000 venezolanos tienen protección hasta septiembre y por ahora no se verán afectados, pero la decisión da a entender que ellos y otros cubiertos por el TPS podrían estar en peligro de perder su estatus en el futuro.
Activistas por los derechos de los inmigrantes criticaron la decisión el domingo.
“El intento del gobierno de Trump de deshacer la prórroga del TPS del gobierno de Biden es claramente ilegal”, dijo Ahilan Arulanantham, quien colabora en la dirección del Centro de Derecho y Política de Inmigración de la Facultad de Derecho de la UCLA. “El estatuto del TPS deja claro que las rescisiones solo pueden producirse al final de una prórroga; no permite que se vuelva a hacer”.
La rescisión también aumenta el número de personas sin ningún estatus formal de inmigración en Estados Unidos, mientras Trump intenta llevar a cabo una campaña de deportación masiva. La decisión de revocar las protecciones podría enfrentarse a impugnaciones legales por parte de activistas de los derechos de los migrantes, quienes esperaban tal resolución.
El programa está destinado a los migrantes que no pueden ser devueltos a un país que se enfrenta a una catástrofe natural o a un conflicto de algún tipo. En los últimos años, los migrantes han huido de Venezuela debido a que su gobierno se ha ido desmoronando bajo la presidencia de Nicolás Maduro. El gobierno de Biden enfrentó durante mucho tiempo dificultades para expulsar a los migrantes a Venezuela, ya que el país no permitía los vuelos de deportación. El sábado, el presidente Trump indicó en las redes sociales que el gobierno venezolano había dado marcha atrás a esa decisión, aunque los funcionarios de Caracas no habían confirmado públicamente tal acuerdo.
“Venezuela ha acordado recibir, de vuelta a su país, a todos los extranjeros ilegales venezolanos que estaban acampados en EE. UU., incluidos los miembros de la pandilla del Tren de Aragua”, escribió. “Venezuela ha acordado además proporcionar el transporte de vuelta. Estamos en proceso de expulsar a un número récord de extranjeros ilegales de todos los Países, y todos los Países han acordado aceptar a estos extranjeros ilegales de vuelta”.
Durante los últimos años, el programa creció de forma espectacular. A finales del año pasado, más de un millón de personas tenían el estatus, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Está claro que Trump pretende cambiar esta situación. La decisión de este fin de semana, autorizada por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, explicaba que el TPS ya no era necesario porque no servía al interés nacional de Estados Unidos, según la notificación obtenida por el Times.
Hace solo unas semanas, Alejandro Mayorkas, entonces secretario de Seguridad Nacional, había constatado lo contrario.
En enero, el gobierno de Biden prorrogó la protección de los venezolanos durante 18 meses más —una medida que el gobierno de Trump revocó rápidamente— al considerar que las condiciones de su país hacían necesaria tal medida.
“Venezuela está experimentando ‘una crisis humanitaria compleja, grave y multidimensional’”, escribió el Departamento de Seguridad Nacional de Biden, citando un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el país. “Al parecer, la crisis ha perturbado todos los aspectos de la vida en Venezuela”.
Los demócratas del Congreso habían pedido a Trump que mantuviera el estatus.
“Dada la creciente inestabilidad, represión y falta de seguridad de Venezuela, y dentro de todas las normas y reglamentos aplicables, exigimos más información sobre por qué el departamento ha tomado esta decisión”, escribieron los demócratas del Congreso en una carta al Departamento de Seguridad Nacional la semana pasada. “También le instamos encarecidamente a que vuelva a prorrogar la designación del TPS para Venezuela, de modo que podamos seguir proporcionando seguridad y apoyo a los venezolanos que huyen de la crisis política, económica y humanitaria que actualmente asola su país”.
Hamed Aleaziz cubre el Departamento de Seguridad Nacional y las políticas migratorias. Más de Hamed Aleaziz
Maggie Haberman es corresponsal en la Casa Blanca e informa sobre el segundo mandato no consecutivo de Donald Trump. Más sobre Maggie Haberman